By: Eliot Stephen 2012
La cristiandad en
tiempos de sequía nos dice que hacer en la carne y actúas no como Dios quiere
sino como tú quieres. Te mueves en la Dirección opuesta y haces prevalecer tus
sentimientos en consonancia con aquello que dice tu mente. Te ufanas diciendo
que eres el mejor cristiano, pero la verdad sea dicha no eres tal, tienes
religión, pero la misma es muerta, juegas te entretienes con la vieja, con la
vieja naturaleza que aún mora en tí.
La mejor manera de
resarcir las faltas es obviarlas, y otra gran solución es no cometerlas. Porque
cuando tú cometes un error vez tras vez y pides perdón, cuando utilizas esa
muletilla como un escudo, a la final en un arrepentimiento sincero, nadie te va
a creer.
El primer paso para que puedas llegar al
corazón de alguien es demostrar que tienes un genuino y sincero interés en ella, si vuestra vocación es parte
de una simulación, tarde o que temprano las paredes que te rodean van a caer,
en franca demostración de que lo que hacías era más que teatro, porque la suma
de todos tus errores, si no corriges algún día te pasará factura. Nadie dijo
que ser cristiano era algo simple, pero no difícil, por algo JESÚS en persona,
nos enseño la forma practica en que deberíamos vivir, si hay inconvenientes,
pero nada que el hijo de Dios en su humanidad, no pudo experimentar, sufrir,
llorar, reír y triunfar. Si Cristo venció nosotros también venceremos.
La marcha en escena es
aquella que nosotros mismos hacemos en la tierra, donde nuestra actuación es
parte de la fidelidad, de la armonía, del gozo y de la insistencia. Dejarnos
derrotar por lo sombrío, por la pesadumbres, por el qué dirán, son parte de un
engranaje soez, vil y repugnante que el infierno nos quiere trazar.
El cristiano está
llamado a defender su fe, por encima de las circunstancias, pase lo que pase.
El galardón no lo tendrás aquí, el premio lo tendrás en el cielo, pues la
batalla a veces se nos torna cuesta arriba, las fuerzas flaquean y el enemigo
en esa circunstancia es cuando más acecha. Debemos siempre actuar con sabiduría,
y la sabiduría humana sirve, pero no de mucho para estos casos, tenemos que prestarle mucha
sabiduría al fundador del mundo, el mismo que con sabiduría hizo todo
lo que vemos.
Cuando actuamos fuera
de los parámetros divinos, actuamos bajo los designios de la carne y cuando
esta es influenciada por un viento que tiene olor a azufre, las cosas no van a
salir bien. Debemos de comprender que Dios no va a obrar en un campo inútil y
estéril, él va a meter mano en un corazón dispuesto a rendirse a él. Aunque
Dios no tiene regla de juegos, el obra como quiere, cuando quiere y como
quiera. Rompe los moldes y patrones y actúa conforme a su santa y divina
voluntad. Que callen los montes, que callen los valles, que ante su grandeza y
majestad se arrodillen los collados, pero el Rey de la Gloria pasará por
nuestras vidas dejando una estela de bendición y disipando toda duda almacenada
en nuestras mentes, aun con un poco de arena, un poco de piedra y un poco de
lodo, Dios puede hacer que nazca vida, que sucedan grandes cosas, porque él es el Dios Todopoderoso.
Alguna vez tuviste la
oportunidad de ver reflejada tu alma en el espejo de la palabra, seguramente
que si, seguramente que no, todo depende de cuánto tiempo pases frente a ella.
Pero lo único que te diré es que Dios te quiere diferente, y eso de ser
diferente no es que cambies tu traje, tu peinado, el color de tu cabello, o tu
altura o tu tez, No, eso es algo externo. Dios quiere que cambies de adentro
hacía fuera, para que el cambio pueda sentirse de verdad, y puedas declarar que
eres una persona diferente, no tanto por las palabras, sino por los hechos. El
factor tiempo no es un elemento circunstancial, es un elemento que nos hace
saber que mientras pasen los meses y los años, estos no pasaron en vano.Seremos mas cristianos por la búsqueda que hicimos de él.
La
experiencia debe de pesar, pero hay ocasiones en que esta se vuelve peso pluma,
pues nuestros errores nos delatan como novatos, porque las cosas que cometemos
son a veces cosas tan absurdas que nos deben de dar vergüenza, porque las
faltas a meritan ser endosadas a alguien que recién emprende el camino de la
cristiandad, no a alguien maduro, pues teniendo que ya comer carne, en algunas cosas somos encontrados consumiendo biberón.
Muchas veces en mi vida
personal y particular he creído tener la razón, la verdad es que tremendo y
craso error, pues cada día que pasas aprendes que eres lo suficiente para
valerte por ti mismo o que necesitas de Dios y del prójimo.Cada falta nos
catapulta a ver desde una óptica diferente las cosas, vengan de donde vengan.
Cada día tiene su particular estancia y esa enseñanza debe de formar parte de
nuestro bagaje inspiracional, que nos haga reflexionar que el mundo, no es solo
yo y yo, sino que son también las otras personas. El tratar de cerrarnos a la
realidad, nos desnuda y nos hace ver como seres egoístas poseedores de todo y a la vez de nada. Cuando nuestra visión se
acorta podemos pasar a engrosar las filas de los maquiavélicos y recalcitrantes
hombres que pasaron por esta vida con orgullo, pero sin ser nada. Corremos en
nuestro particular estilo y no descansamos, pero eso nos hace más daño que
bien, porque el afán y la necedad se van apoderar de ti. Mas si le das la
oportunidad a Dios de que salde todas tus cuentas, deudas y que arregle todos tus
problemas, llegará un día en que ya no más saldrás corriendo como loco en busca
de la felicidad, sino que esta vendrá a ti y te alcanzará.
Los afanes propios de
la vida nos empujaran a decir que la culpa es de otros, responsabilizaremos a la circunstancias, a los
designios, a la suerte, a la coincidencia; pero ninguna cosa tan insincera
puede quitarnos el peso que llevamos encima, producto de nuestros grandes
desaciertos. La mente es volátil, pero ningún recurso más bajo es poderle echar
el muerto a todos menos, a mí. Por eso creo que con toda entereza el cristiano debe
cargar con lo que el mismo cultivo y llevar los frutos a casa.
La enseñanza es ser y parecer un poco más a Jesús cada día, porque si nos apellidamos cristianos honremos a aquel que generó ese glorioso nombre y que lo rubrico con tinta carmesí en el Calvario. Seamos dignos de ser imitadores de él, no de cualquier hombre, aceptemos el sacrificio único y celestial que Cristo Jesús hizo por nosotros.
Tenemos que ser sabios ver mas allá de lo que nuestra vista en el aspecto humano ve, discernir los tiempos, las sazones, las razones y las circunstancias, porque cuando estemos delante del trono de Dios, no habrá excusa.
Hágamos que nuestra alma pueda redarguirse de todo pecado intencional, no intencional, porque cada día somos hallados injustos y con pecado, por nuestra humana debilidad, pero por esa circunstancia vino Cristo.
Cada paso que demos debe de ser bien meditado y al poder producir una palabra, no pensemos que esta pueda justificarse por un desconocimiento, sino por un pleno convencimiento de que hacemos bien las cosas sin dañar a nadie. Es triste ver a muchas personas creyendo ser poseedoras de la verdad, viviendo en una aparente superficialidad sumergidos en equivocación y obstinación. Dios quiere que sus hijos podamos ser luz y que esta brillé por todo lo alto. Nos ahogamos en un vaso de agua, cuando creamos problemas que son más ficticios que reales, de lo que son, alguien que ve eso aparte de Dios, y es el enemigo, quien aprovechando de su circunstancia crea ambientes hostiles para romper la comunión entre hermanos, los delitos flagrantes reciben condena al instante, pero las peleas y enemistades te crean cadenas perpetuas difíciles de zafarse.
La enseñanza es ser y parecer un poco más a Jesús cada día, porque si nos apellidamos cristianos honremos a aquel que generó ese glorioso nombre y que lo rubrico con tinta carmesí en el Calvario. Seamos dignos de ser imitadores de él, no de cualquier hombre, aceptemos el sacrificio único y celestial que Cristo Jesús hizo por nosotros.
Tenemos que ser sabios ver mas allá de lo que nuestra vista en el aspecto humano ve, discernir los tiempos, las sazones, las razones y las circunstancias, porque cuando estemos delante del trono de Dios, no habrá excusa.
Hágamos que nuestra alma pueda redarguirse de todo pecado intencional, no intencional, porque cada día somos hallados injustos y con pecado, por nuestra humana debilidad, pero por esa circunstancia vino Cristo.
Cada paso que demos debe de ser bien meditado y al poder producir una palabra, no pensemos que esta pueda justificarse por un desconocimiento, sino por un pleno convencimiento de que hacemos bien las cosas sin dañar a nadie. Es triste ver a muchas personas creyendo ser poseedoras de la verdad, viviendo en una aparente superficialidad sumergidos en equivocación y obstinación. Dios quiere que sus hijos podamos ser luz y que esta brillé por todo lo alto. Nos ahogamos en un vaso de agua, cuando creamos problemas que son más ficticios que reales, de lo que son, alguien que ve eso aparte de Dios, y es el enemigo, quien aprovechando de su circunstancia crea ambientes hostiles para romper la comunión entre hermanos, los delitos flagrantes reciben condena al instante, pero las peleas y enemistades te crean cadenas perpetuas difíciles de zafarse.