By: Eleodoro Esteban Portocarrero Clark
Qué es lo que resta,
después que algunas personas te preguntan lo vi en el diario “EL UNIVERSO” y la
verdad es que el tiempo del orgullo digo para mis adentros se paso, después de
poder contar con 43 años, y si lo busqué, de pronto persistimos, pero el tema
de los jamaiquinos, su enfoque y engranaje no queda allí, debe de abarcar mas,
porque un reportaje si bien es importante, no termina con el impulso que se le
quiera dar a toda la historia de los jamaiquinos. Por todos los lugares que
frecuento Corte de Justicia, mi trabajo, mis amigos, los hermanos de la
iglesia, Etc. Todos me preguntan acerca de la Historia, bien pues trato de
compendiar casi 3 años de investigación acerca del jamaiquino y de su mundo
resumiendo en el tiempo que me toca atender sus interrogantes. Y para mí no hay
nada mejor que poder hacer una difusión persona por persona. Pero mi idea,
desde que inicie el poder difundir junto con otros amigos está cifrada en una
esperanza de poder convocar una gran masa de alumnos, niños de los últimos años
de la Escuela a la que antes denominábamos primaria que son los alumnos del 6to
y 7mo de Educación Básica a los cuales considero que se les puede trabajar para
poder cultivar esta parte de la historia nuestra un poco relegada.
El trabajo como lo he
manifestado a la mayoría de personas con las que he sostenido un dialogo, es
arduo, no es tan fácil, porque el mismo exige de tiempo, inversión diría, si,
hay que hacer un esfuerzo económico, porque casi nada viene de gratis, pero
como siempre lo he manifestado y no es orgullo, si hay algún valor que tenga
que ponerlo, con mucho gusto, por amor a mi familia: Clark, a mi bisabuelo
PHILIP CLARK, a mi abuelo ELEODORO CLARK, a mi mamá ÁNGELA CLARK que son los
representantes de mi línea jamaiquina, de sus compatriotas de sus descendientes,
de todos aquellos que por olvido, negligencia, maldad ó simplemente ignorancia,
se ensañaron en hacer de esta historia una tan pequeña, una sin importancia,
que la contaron en 4 líneas absurdas, negando la verdad de los hechos, los
mismos que al medirse con la verdad de lo acontecido difieren y eso pesa, pues
la gran mayoría de generaciones que han aparecido a lo largo del desarrollo de
esta historia la ven con una lupa por lo pequeña que la dejaron ver, pero
puesta en un tapete se agiganta y se vuelve inmensa.
Hacer una propaganda
visible, veraz y fuerte es una de las armas que deberán ponerse en práctica
para saber llegar sobre todo al público lector ecuatoriano y aquel que quiere
conocer más acerca de lo cual hemos hablado casi siempre por este medio, por el
FACEBOOK, en CONFERENCIAS, Etc.
La voz de cada descendiente de jamaiquino
considero, no debe de ahogarse, ni de claudicar en el intento, pues la
motivación va mas del plano emocional ó
físico es un asunto intrínseco con el espíritu que guarda una correlación con
una parte de nuestra humanidad, DIGNIDAD es poder decirle a las personas que me
muevo porque siento en mi alma algo que me impulsa a pregonar esta historia.
Quizás muchos me dirán
fantaseoso, otros de pronto manifestaran que un espíritu quijotesco de apodero
de mí, pero quiero dejar bien en claro que no es así. Y esto me trae a colación
que la historia del negro ha sido una en la cual ha tenido que sufrir, luchar;
pues nada a nosotros y a nuestros antepasados nos ha llegado de a gratis.
Pero más que palabras,
hay que rubricar con altura esta nuestra posición, pues nadie tiene el derecho
de poder menoscabar, despreciar o tildarnos de simples negros, pienso que los
jamaiquinos posicionados en esta nuestra sociedad nunca se imaginaron que sus
descendientes pudiesen cual arqueólogos rescatar los despojos de sus recuerdos
y poderles dar cristiana sepultura, y ese lugar debe de ser la historia
ecuatoriana que constituida en un terreno abierto pueda albergar como CAMPO
SANTO un lugar para hacer que sus recuerdos descansen en paz, sin necesidad de
deplorarlos, denigrarlos ó mancharlos, porque aquello que algunos historiadores
ecuatorianos o los que forman parte como guías turísticos de nuestro
ferrocarril y que se aferran a decir una mentira atentan contra su buen nombre,
pues aparte del maltrato, las muertes accidentales de proporciones gigantescas
que se daban, estas cosillas que se dicen en las rutas del ferrocarril
mancillan en mucho su nombre, pero aun estas tonterías no logran borrar su paso
por tierras ecuatorianas. Los jamaiquinos son y serán esos hombres que aun en
silencio hablaban, sus dichos y sus razones en inglés eran ininteligibles, pero
sus palas y picos haciendo que se haga a un costado la montaña habla más de ellos
y lo hace mejor que algunos que se dedicaron a escribir lo que quisieron.
Latente
la historia vuelve a cobrar vida y se resiste a morir por un diagnostico a
priori un poco matizado con imaginación, un tanto absurda y otras aberrantes,
solamente nos quedamos con un oleo a colores, donde los hombres de raza negra
demostraron, porqué, cómo y cuándo fueron contratados. Lo que arroja a las
claras que mas que fuerza lo que motivaba a los jamaiquinos era las ganas de
venir, ver y vencer, el resto es parte de un tabloide un poco sociológico donde
no se les asigno un cupo para que las generaciones postreras puedan saber de ellos y verlos en un retrato
hablado de pies a cabeza, imponentes. Pues la montaña no los venció, los venció
el egoísmo, los vencieron los malos empleadores, los explotadores. Nadie aquí
salió corriendo, pero ante una arremetida parecida a un asesinato, quien quiere
morir antes de tiempo, por eso huyeron, huyen los cobardes, pero los hombres
inteligentes salen del frente del peligro, para saber que se tiene que hacer
más cosas en esta vida.
La historia tiene
ciertos agravantes que darnos en esto que defendemos, pero tampoco puede
excusarse porque ciertos insuflados pretendiendo tener la verdad han dado pie a
que las mentiras que dicen acerca de los jamaiquinos pasen como una burda
verdad, no teniendo ningún asidero histórico. El cuestionamiento es, si en
realidad si hubiera sido otro grupo humano, se hubieran dicho ridiculeces ó con
una agnesia tal, se hubiera desdibujado la figura de cualquier actor, queda la
duda si la dedicación es porque el grupo humano era negro o porque no cabía en
el Ecuador de inicios del siglo 20 como importante, para ser considerado como
representativo para ser tomado en cuenta.
Pero a la final que es
lo que resta, enfundarnos de coraje, valor, astucia, para que pueda cada
oportunidad que se nos brinda divulgar esta HISTORIA, mucho tiempo dejamos
pasar y callamos el hecho de que si, somos descendientes de jamaiquinos y qué,
hombres libres y osados que llegaron a Ecuador y que brindaron su aporte, para
que este país sea un país más vivible. Acto que dio como resultado que otros
comenzaran hablar, sabes en Ecuador hay un ferrocarril que fue hecho en tales,
y en tales condiciones, sabes habían montañas grandes, fieras, una naturaleza
adversa, animales fieros; pero aun así esos trabajadores les ganaron e hicieron
un nombre, sabes a algunos de ellos no se los mienta, pero aun en su anonimato
siguen diciendo presente. “Somos nosotros
capaces de sacarle polvo a esta HISTORIA y de decirle al mundo que estamos más
vivos que nunca, que nuestros abuelos y bisabuelos hace mucho que se murieron,
pero inteligentemente siguen viviendo entre nosotros, porque su sangre aun
pulula por nuestras venas, por eso aquí estamos para decir que después de esto
nos toca a nosotros vivir como ellos venciendo la adversidad sin temor a
claudicar.”