Eleodoro Esteban
Portocarrero Clark
El mundo negro siempre
estuvo impregnado de la orientación que cada uno de sus amos le dieron. El
europeo no digamos que fue malo, más bien fue ignorante y un verdadero esclavo
de sus deseos de dinero, un afán de creerse más que un ser, que lo único que
tenía de diferencia era su piel; pero fuera de estas consideraciones puntuales,
sin duda en la repartición que del Nuevo Mundo se hicieron las naciones
europeas como los españoles e ingleses dos de los amos que mas territorios
colonizaron en América, fuera de que a esta parte del mundo se vinieron a meter
franceses, portugueses, holandeses, daneses, Etc. No obstante los que
mayormente dejaron huellas fueron justamente estos dos colosos, que dicho sea
de paso en la Europa medieval se disputaban siempre la hegemonía y quien era el
primero, según los turnos que determina la historia.
Se han dicho cosas
diversas con respecto al poblamiento de América, a su colonización y otros
factores que marcarían la vida de las personas nacidas en estos lares.
Los españoles fueron
crueles en su tratamiento con los indígenas; pero los ingleses no fueron unos
santos, al ver al indígena el hombre europeo hasta pensó que el mismo no era
humano, los unos mesclaron en gran parte su ya mesclado linaje y los otros los
desaparecieron, los pocos que quedaron los metieron en algunas reservaciones,
para tratar de apear su conciencia, pues muy a pesar de su deshumanizada forma
de actuar, trataban de mentar a Dios, el mismo que no se daba ni por enterado
de todas las atrocidades, crueldades y desparpajos que hicieron algunos de
estos a nombre de la cruz, y peor llamados aparentemente cristianos. Porque se
hace una evocación del indígena, porque no nos podemos enfocar en el negro, sin
olvidar la forma en que los indígenas fueron tratados. Los negros traídos para
aliviar la pesada carga dada a los nativos de las Indias Occidentales.
Los africanos fueron
traídos de un continente formidable, no solo por su tamaño, extensión, por su
cultura, por su gente. Las circunstancias se dieron quien no quería mano de
obra, ni siquiera barata, sino aquella que no le iba a costar nada, el
desarrollo de las naciones capitalistas europeas y el desenfreno mercantilista
nunca desaprovecho la oportunidad histórica que se presentaba; pues un nuevo
horizonte en la economía se estaba abriendo, las plantaciones de azúcar,
algodón y otros productos comenzaban a tener auge, la fuerza de los indígenas,
diezmados en algunos sitios y la expedición de leyes que ayudaran a preservarle
sus derechos era un hecho _ Ley de Indias, España_ todo esto coadyuvo a que la
mano de obra de por si escasa y resguardada no tuviere la misma solicitud como
en el inicio de la Conquista de América. Abierto un nuevo mercado para extraer
mano de obra barata fue la oportunidad más deseada, pues si recordamos la
Esclavitud como institución no aparece en la Historia de la humanidad recién
con la esclavitud negra; pues antes ya naciones como Grecia, Egipto, Babilonia
y otras tenían dicha costumbre, es mas dentro de sus castas las consideraban
como normales e incorporadas a sus respectivas sociedades. Por lo tanto la
aplicación y limitación, supresión y restricción de los derechos conductuales
de los negros como hombres no fueron una sorpresa y se lo considero normal y en
muchos de los casos hasta una normativa jurídica se creó reglamentando la trata
de ellos, su negociación, Etc. El negro casi asimilo una suerte de un bien
preciable en los distintos casos y depreciable en otros.
En todo caso los
negros al igual que los indios fueron menoscabados, lo común es que en ambos
casos los europeos dudaban tanto de que
negros e indígenas fuesen 100% humanos, pues al creer ellos que la
sangre azul existía por parte de los reyes de las distintas casas europeas,
estos dos grupos de seres humanos en realidad no tenían sangre, pues no cabían
en ninguna de las especificaciones como mortales, que no había reparos ni tan
siquiera para considerar esa posibilidad aun remota. Fuera de todas esas
irrealidades que se convirtieron en conjeturas, el negro y el indio sino lo
sabían los europeos fueron creados por el mismo Dios que hizo al hombre blanco,
pero de eso se darían cuenta muchísimos años después, mientras que eso se dieron
muchas historias de error, de abusos y recuerdos amargos que marcaron la vida
de estos dos grupos de seres humanos provocados por descubridores,
conquistadores y colonizadores.
Pero la vida de
indios y negros correrían suertes distintas aunque emparentadas con la
injusticia que fue el derrotero de su vida.
Pero me quiero
enfocar en la historia negra que es la que me abstrae y a la cual quiero
referirme por ser quizás una de las páginas de la historia más oscuras, en
donde la institución de la Esclavitud se convirtió en toda una suerte de
negocio casi intocable y que daba ingentes ganancias a toda una cadena de
hombres perversos que traficaban con la vida de sus prójimos. La gente que
aprendía a los negros, los vendedores, los comerciantes y los amos eran parte
de un vagón que contenía la misma repugnancia por igual y dueños de la misma
cosa en común el lucro. Se cuenta y así lo recogen los libros de historia que
muchos esclavos africanos fueron aprendidos en las costas occidentales del
Continente africano, algunos entregados por sus mismos reyes a cambio de
productos que se intercambiaban con los africanos tomados en redadas. Si
dijéramos miles estaríamos faltando a la verdad y es que millones de africanos
fueron arrancados de forma inmisericorde de su tierra y todos casi sin
excepción difícilmente volvieron a ver aquel lugar que los vio nacer.
Sin duda fue una
época del peor oscurantismo que soporto la humanidad y de ceguera espiritual,
pues el hombre se ensañó contra el hombre y se cumplió a raja tabla aquel dicho
que dice que el hombre es un lobo para el hombre.
Hombres, mujeres y
niños vendidos como animales pasaron a ser parte del inventario de los
semovientes que había en las haciendas, en las grandes plantaciones. Marcados
al igual que cualquier ganado con una placa para circular por el territorio de
los grandes terratenientes. Europa del siglo XVI, XVII, XVIII ganó aparte del
oro sacado de las tierras de América, una gran bonanza con la explotación de
los medios de producción que se dieron debido a las circunstancias antes
anotadas.
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