Te diré que luego de aquel encuentro con mis raíces por primera vez, indague a modo superficial, que el Bisabuelo era de Jamaica, la primera tarea que me impuse fue ubicarla en el mapa, tomé algún Atlas de esos que te mandan en el Sexto grado y zas, apareció allí, una pequeña isla que estaba ubicada en pleno Mar Caribe y paradójicamente es llamada junto con Cuba, y Puerto Rico “Antilla Mayor”, el siguiente paso fue conocer algo de su idioma, encontré que hablaban inglés (por haber sido colonia de Inglaterra); pero el mayor descubrimiento fue que mi Bisabuelo era un cristiano evangélico, o mejor conocido en su país como protestante ( En EE.UU de América y Europa la denominación es común), cuando supe eso, que compartimos la misma FE, realmente sentí una emoción que me ánimo aún más a seguir adelante, en la búsqueda de este pasado , que las circunstancias no podrán manchar.
Las tertulias con la abuela eran casi ininterminables, mi abuela pese a sus limitaciones poseía un buen manejo del idioma, un conocimiento de las cosas que a todos asombraba, por su razonamiento, aunque no era Clark, tenía una conciencia plena de lo que eran estos, amaba con un amor profundo y genuino a mi abuelo Eleodoro, que la mayoría de las veces, la veía llorar por su esposo, y te diré que tenía un orgullo de lo que él le había transmitido, que te quedabas anonadado. En esas conversaciones acompañados con un café, sentados en la mesa, descansando para ir a dormir y sobretodo en las noches, ya listos para descansar, solía contarme algunas anécdotas, de ellas recuerdo la descripción que solía hacer del Bisabuelo, a quien lo dibujaba oralmente como un tipo alto, barbado, con una frente amplia ( entradas), grueso(no gordo) y velludo, de piel no negra, ni negra, al parecer más se acercaba a un mulato. De hablar entrecortado, entre español e inglés, llegó al Ecuador entre el grupo de los jamaiquinos, a una edad de 17 años, de lo que he escuchado vino a ser el ayudante de un ingeniero, seguramente inglés o norteamericano, lo que quizás le valió; para no ser dinamitado al igual que muchos de sus compatriotas (2.000 muertos aprox.). Estando en las estribaciones de Los Andes, y de cara a ellos, muchos (300 jamaiquinos) fueron seducidos por la belleza de las ecuatorianas, cuando se produjo el quiebre de la compañía que los trajo, la Mc Donald Company, en 1902, salieron de esos campamentos, donde estaban recluidos, para tender la línea del ferrocarril, a formar familia. En ese periplo, unos se encontraron costeñas, otras serranas, y otras de alguna parte del país, lo cierto que en lo que se mi abuelo, “le pelo el ojo”, a una cuencana, llamada Mercedes Quisphe, con ella mi bisabuelo procreó a mi abuelo Eleodoro Clark Quisphe, una mezcla rara; pero así es un negrito mitad jamaiquino y mitad serrano, ese era mi abuelo, conocido en el Ingenio como el Maestro Clark.
Sin duda el ajetreo, de haberse hecho de “compromiso”, lo llevo a mi bisabuelo a buscar algún lugar, para poder sobrevivir en Ecuador, cuando mi abuelo tenía 5 años, mi bisabuela cuencana falleció de fiebre amarilla, enfermedad que era común, que también había cobrado sus víctimas en los jamaiquinos, en los extranjeros que trabajaron también en esos lugares, se dice que el segundo a bordo de la compañía The Guayaquil and Quito Railway, murió de esa plaga, Mayor John Harman.
Con todo y dolor el bisabuelo alisto sus maletas y emprendió viaje a un lugar incierto, lo que lo llevo al Ingenio San Carlos, de pronto después de haber mordido el frío y los lugares inhóspitos de las montañas y la selva pura, vio nuevamente la tierra costeña de este Ecuador y se afinco en la tierra más dulce del Ecuador. De lo que he leído, la industria azucarera de su país, era sumamente activa y los Ingenios productores de azúcar eran muy comunes, seguramente eso le llamó la atención y se estableció en el Ingenio antes mencionado. Viudo y sin una mujer a su lado, crió solo al pequeño Eleodoro Esteban Clark, deduzco , que por su poca practica con el español, se le hizo bastante difícil a don Felipe ( Philip Clark) el español, así que sin el saberlo, inscribió al niño en una Academia de Inglés que fue dictada en casa mismo, tal fue el resultado que mi abuelo sabía inglés al revés al derecho, por esos fenómenos, sabía escuchar, hablar, leerlo, menos escribirlo. De su mamá la Sra. Quisphe tenemos esa sangre serrana que corre por nuestras venas, que hace también de nexo, para saber que en la diversidad podemos ser fuertes y cimentar aún más nuestro arraigo a esta tierra, hermosa que es el Ecuador. Te digo una cosa el abuelo pudo haberse llamado Thomas, Timothy, Joseph, o algo por el estilo; pero la bisabuela lo bautizo como Eleodoro, muy común para la época, quizás gozaba ese nombre con la fama que hoy tienen el Carlos, el John, Etc. Esa decisión de inscripción de aquel nombre llegó a algunas generaciones de los Clark, por ella que permanece anónima aprendimos a amar a la Sierra, y a considerar a esa región con respeto.
Eleodoro Clark Quisphe, por su parte cultivo una larga trayectoria en el Ingenio, considerado como el que más, podía hablar con tanta confianza y con amplitud con los directivos del Ingenio San Carlos, Agustin Febres Cordero Tyler (papá del Ing. León Febres Cordero) y don Juan X Marcos( A la sazón el hombre más rico del Ecuador en sus tiempos). Fue Jefe de
Talleres de las pequeñas locomotoras que empujaban caña en la compañía donde laboró, de pronto su amor esas máquinas lo llevaba dentro de sí, que este conocía al dedillo hasta el último tornillo, en una de esas historia, se postuló al cargo de Jefe, al retiró del que le precedió, con un verdadero concurso de méritos y oposición, no esos fraudulentos que existen por allí, la prueba, consistía en desbaratar una máquina (locomotora pequeña) en competencia con otro señor, que también era aspirante, mi abuelo, cuentan que le ganó a ese señor y se hizo del puesto. Según contaban, mi abuelo antes de convertirse al cristianismo era una persona que no era problemático; pero cuando alguien lo buscaba, lo encontraba. Con una competencia así, nadie se metía, mi abuelo promedio medía un metro setenta y cinco, herencia de la altura de su papá Philip Clark.
Si el inglés nos viene por los dos ancestros, que forman parte de nuestro antecedente, el derecho también, él no era de izquierda, ni cosa por el estilo, pero fue dirigente sindicalista de su empresa. Pero hay una huella dejada por los 4.000 jamaiquinos trabajadores del Ferrocarril, trabajadores de The Guayaquil and Quito Railway (G&Q), le organizaron una huelga a los inglesés y norteamericanos que manejaban la obra, reclamando por sus derechos. Por lo que puedo colegir que también el derecho nos llegó en papel membretado, tamaño A4, con filos dorados y aun costo alto, comprado en las tiendas del Caribe, de donde provenían también los *Cimarrones ( Negros esclavos que vivieron libres en las montañas de Jamaica y que atacaban objetivos de los colonos blancos).
Ahora si puedes observar, la historia que te cuento, debe haberse multiplicado o repetido en muchos de los hogares de aquellos descendientes de jamaiquinos que se quedaron desperdigados a lo largo y ancho de toda la Provincia del Guayas, que es la Provincia donde más se asientan estos ecuatorianos-jamaiquinos.
Hace poco acabe de recibir una llamada de un descendiente de ellos, me dijo algo para corroborar el carácter de estos trabajadores anglocaribeños, ellos eran TRABAJADORES, no fueron ningunos vagos, venían precedidos de esa fama y la mantuvieron, pese a la adversidad encontrada en suelo ecuatoriano.
Finalmente déjame concluir este bloque y decirte que cuando mi abuela Ángela de Clark, partió a la presencia del Señor, unos años antes, me hizo depositario ( Herencia ) de una caja llena de libros de su esposo Eleodoro Clark Quisphe, en ella encontré una Biblia en Inglés, aparte estaba, la que el utilizaba, una Biblia grandota en español, donde habían las inscripciones de nacimientos de la familia, defunciones, Etc. En ella constaba claramente y con letra legible, Philip Clark, nacido en JAMAICA – KINGSTON, sus restos mortales están hoy descansando junto a dos de sus primeros nietos ecuatorianos, Felipe I Clark, y Carmen Raquel Clark. By Ab. Eleodoro Esteban Portocarrero Clark IV
Una historia muy parecida a la de mi familia tengo en conocimiento q tantos tfrabajadores llegaparon de Jamaica para la construccion del ferrocarril en mi caso el bisabuelo era de los trabajadores q se establecieron en Montecristi para el ferrocarril que pasaria en esa ciudad y se enamoro de una mujer de ese sector para luego establecerse en la ciudad de Manta y de alli forjar ya su familia
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